Haz de tu nombre una de ellas.
¿Cuántas veces hemos oído de la eminencia médica, del abogado que todo lo puede, del sobador que hace milagros y a quien buscamos por más remoto o escondido que esté su consultorio?
Dedicado a Bill & Sara Jean
Con las personas sucede igual que con las marcas: el mundo nos juzga en función de lo que somos o hacemos. “Perception is reality”. “Dime con quién te juntas y te diré quien eres”. “La primera impresión dice más que mil palabras”… y ahí podemos seguir citando frases. En la vida diaria, como personas y en lo profesional, de la misma forma que las marcas de más valor, nuestra reputación e imagen son un factor que no debemos dejar al libre albedrío.
Con gusto te comparto estas ideas para analizar lo que hicimos en el 2008 y lo que podemos planificar para el 2009, con los nuevos factores que tenderemos en lo económico y social. Hagamos una analogía entre las características de las marcas de éxito y las personas que cuentan con una buena reputación.
1. Consistencia. Las grandes marcas superan lo que prometen. Sorprenden a sus clientes. Premian su fidelidad. Escuchan y atienden sus necesidades. Las personas queridas y de buena reputación la han conseguido no por salir en las secciones de sociales, o por poseer lo más in, lo han logrado por saber escuchar, por la consistencia entre lo que pregonan y lo que hacen en su trabajo y vida personal. Las personas que dejan huella lo hacen por el resumen final de sus actos.
2. Calidad. Un buen producto no tiene que ser de gran calidad, simplemente debe tener un mínimo esperado, un precio afín o justo que haga sentir a sus clientes satisfechos. Imaginemos ahora a cualquier persona que lleve a cabo algún trabajo para nosotros: meseros, ingenieros, abogados o trabajadoras domésticas. Aquellos que destacan, que dejan grandes huellas en la vida y al final resultan triunfadores, son quienes no se conformaron con dar el mínimo indispensable.
3. Individualidad. Es sinónimo de liderazgo. “Never follow”, nos indica Audi en sus campañas. El iPhone presentó una innovación disruptiva, hizo las cosas de una manera muy diferente y lanzó al mercado algo asombroso. Las personas auténticas logran cariño y admiración por el valor de ser diferentes.
4. Competitividad. No sólo ser bueno en tu forma de vida o en el manejo de los procesos… sino ser muy bueno. Barack Obama sorprende por sus ideas, por el espíritu de lucha, por intentar hacer las cosas mucho mejor que sus antecesores. Lo mismo vemos en los fabricantes japoneses como Toyota, Sony o Nintendo, que han aprendido a hacer las cosas mucho mejor que los demás a través de procesos evaluados constantemente, de un entendimiento de los mercados y de las limitaciones de sus competidores.
5. Visión. Las grandes marcas no se estacionan en el pasado, tienen una filosofía y metodología de mejora continua. Saben adaptarse a los cambios del medio ambiente e invierten en investigación y desarrollo para sostenerse en la cima. Las personas de éxito funcionan igual: tienen una idea de lo que quieren, y ven en el autodesarrollo y aprendizaje un elemento de todos los días.
6. Sustentabilidad. Estamos atestiguando la caída de muchas instituciones que trabajaron hacia adentro, donde los integrantes pensaron y actuaron en términos individualistas, y no en función del bien de la sociedad. Cada día vemos más investigaciones y reportes que nos indican que quien oferte bienes y servicios sin considerar a quienes los producen, los que consumen, los que viven en el lugar donde se fabrican, los que los comercializan y distribuyen, no van a lograr subsistir. Lo que hagamos por heredar un mejor mundo y por dar una aceptable calidad de vida a nuestros empleados puede llevarnos a ser muy bien percibidos.
Para terminar, hay otras características como innovación, flexibilidad o adaptabilidad ante los diferentes entornos y capacidad de respuesta frente a la necesidad o la adversidad. Los que estamos en la búsqueda de un sitio positivo en la sociedad, podemos aprender mucho de esas marcas que rodean nuestras vidas, que las hacen más fáciles o divertidas, y no necesariamente tienen un alto costo, y aplicar sus principios en la planeación de nuestra vida y carrera.
Concluyo expresándoles mis mejores deseos para cerrar bien el año e iniciar con entusiasmo el que sigue.
1 comment:
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